Los hongos que contienen psilocibina son una medicina ancestral de la Tierra, utilizada durante milenios por distintos pueblos para acceder a estados de consciencia expandida y conectar con lo divino.
Hoy en día, la ciencia está redescubriendo su potencial: se están investigando sus beneficios en el tratamiento de la depresión resistente, el trastorno de ansiedad generalizada, cuidados paliativos, estrés postraumático, entre otros.

Se ha observado que favorecen la creación de nuevas conexiones neuronales, lo que puede facilitar la incorporación de nuevos hábitos y cambios significativos en nuestra vida, especialmente cuando se experimentan en macrodosis que llevan a lo que muchos describen como una “experiencia mística” y son acompañados de un proceso de integración adecuado.

Desde mi experiencia, los honguitos son una medicina profundamente poderosa. Nos abren el corazón y nos permiten recibir con humildad la medicina del amor, mirar nuestras vivencias sin juicio, y conectar con una parte más amorosa y compasiva de nosotros mismos.